Una vez me preguntaron, ¿Cuál es tu vino favorito? y aunque parezca mentira, nunca me había hecho esta pregunta, pero como un acto reflejo, mi respuesta, fue otra pregunta, ¿Si me dice, cuál es su canción favorita? Yo le digo mi vino favorito, y así fue como también me contesté a mí mismo, es difícil decir a bote pronto una “canción favorita” y aunque la dijeras, al cabo de unos segundo cambiarías de opinión, una y otra vez y así entrar en un espiral que podría no acabar jamás, pero a medida que te vas acordando de las canciones, van pasando los flashes por tu cabeza de momentos y rostros, y así ves que no cabe duda, que existe una relación entre la música y el vino y que son similares en varios aspectos, hoy, mi favorito es un Syraz australiano frutal potente y mi canción favorita es una balada heavy de algún grupo de los 80, o no, prefiero por ejemplo, los dos son capaces de llevarte a un ambiente o lugar en concreto, a una época en particular de tu existencia y hacerte recordar unas palabras, una historia…