Clásica y sencilla, la Soupe à l’oignon, es de esas recetas con casta de la comida francesa, fina y reconstituyente, algo más que una simple sopa, en la época de los romanos ya era popular y era reconocida como comida de pobres, por que las cebollas crecían rapidamente, eran baratas y por su sencillez. Hace unos seis siglos, fue retomada por la cocina francesa y hoy en día tiene una que otra variación, pero no por eso deja de ser un excelente plato, muy reconfortante en invierno, si ya lo decía Alejandro Dumas, esta sopa era muy querida de los cazadores y venerada por los borrachos…