Es una de las setas más gastronómicas y apreciadas, puede confundirse con los rebozuelos, su sombrero cambia de hemisférico a convexo en forma de copa o embudo, normalmente no supera los 5 centímetros de diámetro, aunque puede llegar hasta los 10 centímetros y sus colores van desde el blanquecino o amarillo pálido, pasando por el amarillo, hasta el naranja intenso con motas marrón, causando a veces confusión sobre su especie. El pie es tubular, firme, lleno, con mayor dureza que el resto y ligeramente más pálido que el sombrero, formado finos pliegues por debajo de la copa.
Gastronómicamente posee una carne firme, de sabor fino, aroma muy frutal con ligero fondo de tierra o bosque, textura carnosa muy agradable, con un suave dulzor y un toque final amargo que se incrementa si la seta se deshidrata. Es posible comerlas frescas o deshidratadas…