Fue hace ya muchos años cuando llevaba poco tiempo trabajando como sumiller en un restaurante reconocido de la ciudad, llevaba el tiempo suficiente para ir conociendo a clientes, compañeros de trabajo y jefes, eran dos, suficiente tiempo para darme cuenta de que uno de estos jefes era algo más que epecialito, vamos, era como tener una espinilla en el talón por decirlo de una manera digamos que, diplomática! refunfuñón, hipócrita, tramposo, sucio… le faltaba un número para el bingo de tener todas cualidades de un patán de primera, si lo conoces como cliente al parecer es un encanto, lo que pasa que los que lo conocemos tras bambalinas la película cambia, el caso es que un día tuvimos nuestra primera discusión, esto se debió a que durante un servicio de comidas llegó al restaurante el dueño de una bodega de la cual no teníamos ninguno de sus vinos, y claro, se montó la gorda con el susodicho, por cuestiones de moral, ética o simplemente sentido común, después de que me montase semejante escándalo di la discusión por perdida, pero…
No me diga usted lo que tengo que beber!
En una ocasión, un cliente tastevinsolicita la presencia del sumiller en su mesa, así que raudo y con una gran sonrisa acudo a ella, nadie me advirtió de que mi sonrisa iba a durar menos de lo que tarde en llegar a aquella mesa, directamente y sin saludar, el susodicho replica mi consejo para lo que iban a comer, así que sin más, solté una serie de posibles soluciones de lo más variadas y con varietales de uvas poco comunes, ya que, es agradable dar a probar cosas nuevas para que los amantes del vino y que vayan descubriendo, ya sean, uvas, vinos diferentes, zonas, etc. (formas de ver las cosas) en cuanto al cliente, poco o nada pareció gustarle mis recomendaciones y exclamando en tono elevado y algo acalorado… pero que se ha creído usted!, como me va a recomendar eso!..
El que no sabe, es como el que no vé… o peor!
No sé si será cierto o una leyenda urbana, eso de que un cliente del afamado restaurante “El Bulli” se comió la cuenta cuando se la sacaron creyendo que esta era un plato que venía en el menú degustación (unos 45 platos), en fin, hay gente pa´tó, como digo, no sé, si será cierta o será cuento, lo que sí es cierto, visto con mis propios ojos, es que, en una oportunidad, en un restaurante, un grupo de trabajadores de una empresa estaba celebrando una de esas “comidas de empresa”, en la cual contaban un menú de cierta cantidad de platos, donde uno era una lubina en costra de sal, en este restaurante la servían de una manera muy rústica, solo quitándole la capa superior de la sal, pero que el pescado estaba muy limpio y listo para “hincarle el diente”…
Memoria olfativa, cuestión de narices
La memoria olfativa, como su propio nombre lo dice, son aquellos recuerdos que poseemos de los aromas ya percibidos con anterioridad, pero ojo, cada persona tiene los recuerdos olfativos de diferente manera, es decir, los aroma te pueden recordar a una cosa, lugar, momento o incluso una compañía especifica en un momento determinado, muchos de estos recuerdos nos vienen desde la niñez y gracias a que no todos hemos tenido la misma infancia, podemos diferenciar nuestros recuerdos de otras…
Ocasión especial
Muchos son los que andan buscando un vino para una “ocasión especial”, así como también tenemos relacionado que el champagne está reservado solo y exclusivamente para celebraciones, pero si el abrir una botella de champagne es para celebrarlo, ¿Para qué más? Con el vino puede que lo guardemos, para un regalo, graduación o bautizo de un hijo, un cumpleaños en concreto, las posibilidades son muchas, para esto hay que tener en cuenta, que podemos abrir uno de los mejores vinos del mundo, o nuestro vino favorito y no necesariamente no va a saber a lo que esperamos, ¿Porqué?, por el simple hecho de un mal maridaje, es decir, el mejor maridaje de un vino, es la compañía…
El vino y la música
Una vez me preguntaron, ¿Cuál es tu vino favorito? y aunque parezca mentira, nunca me había hecho esta pregunta, pero como un acto reflejo, mi respuesta, fue otra pregunta, ¿Si me dice, cuál es su canción favorita? Yo le digo mi vino favorito, y así fue como también me contesté a mí mismo, es difícil decir a bote pronto una “canción favorita” y aunque la dijeras, al cabo de unos segundo cambiarías de opinión, una y otra vez y así entrar en un espiral que podría no acabar jamás, pero a medida que te vas acordando de las canciones, van pasando los flashes por tu cabeza de momentos y rostros, y así ves que no cabe duda, que existe una relación entre la música y el vino y que son similares en varios aspectos, hoy, mi favorito es un Syraz australiano frutal potente y mi canción favorita es una balada heavy de algún grupo de los 80, o no, prefiero por ejemplo, los dos son capaces de llevarte a un ambiente o lugar en concreto, a una época en particular de tu existencia y hacerte recordar unas palabras, una historia…