Muchas veces nos olvidamos de algo fundamental: Nuestra salud. Como personas ocupadas que somos, tenemos una rutina que repetimos día tras día: nos levantamos, corremos al trabajo, revisamos correos, contestamos más correos y volvemos a tener mil cosas pendientes que hacer.
No comemos con calma, comemos cualquier cosa, y esto es porque tenemos cosas más importantes que hacer, así que nos conformamos con darle un bocado a nuestro sándwich mientras tecleamos en nuestro escritorio. Pero, ¿en serio eso es lo mejor que podemos hacer? ¿Podríamos adoptar hábitos alimenticios que nos hagan sentir mucho mejor dentro y fuera de la oficina?
Si quieres obtener la energía que necesitas para llevar la dirección de un proyecto, pon en práctica estas acciones lo más rápido que puedas:
- Pasas horas sin comer
Seguramente te ha pasado: estas trabajando en algo importante y cuando te das cuenta ya tienes muchas horas sin comer. Luego por el hambre, te metes a la boca cualquier cosa que se te ponga en frente. ¡Sorpresa! Este es uno de los peores hábitos alimenticios que puedes tener.
Es importante que por lo menos comamos tres veces al día con un par de comidas ligeras entremedio. Esto con el objetivo de mantener un nivel de glucemia constante en la sangre –y sentirnos con energía. No deberían pasar más de 4 horas entre cada comida.
Si no lo haces de esta manera, podríamos sufrir “bajones” importantes de energía. Por si fuera poco, no comer adecuadamente durante el día ralentiza nuestro metabolismo y puede llevarnos a padecer sobrepeso.
Desayuna temprano y, a mediodía, incluye una colación de hidratos de carbono en tu dieta. Consume alimentos como un sándwich de pan integral con queso fresco, nueces, almendras, arándanos, una fruta o un yogur natural. Intenta establecer horarios de comida.
- Comes raciones demasiado grandes
Continuando con el punto anterior: estamos tan ocupado en algo que cuando nos damos cuenta tenemos tanta hambre que cuando comemos lo hacemos en porciones dobles. Y comemos tanto que al terminar nos sentimos a reventar y lo único que queremos es ir a dormir al coche.
Según recomendaciones de expertos, se recomienda ingerir 120 gramos de carne magra (sin grasa), pollo sin piel o pescado, lo mismo de cereales integrales, pan integral o carbohidratos complejos (como papa o tortilla) y verduras (cuanto más variados sean sus colores, mejor)
- Picoteas
¿No te ha pasado que de media noche te entra un antojo de cualquier cosa y te levantas a la maquinita para surtirte de comida basura?
Esto de por sí es malo una vez, pero ¿imaginas el efecto de hacerlo todos los días? No solo puede elevar considerablemente tu riesgo de sufrir sobrepeso, sino que también este mal hábito te resta energía e incide en tu lucidez mental.
Si quieres algo dulce, opta por un puño de almendras tostadas con arándanos o una fruta, de preferencia de temporada y que contenga fibra, como mango o papaya. Definitivamente esto es una mejor elección a las patatitas y te proporcionará una sensación de saciedad que se prolongará por bastante tiempo.
- Comes siempre lo mismo
Muchos emprendedores y “personas ocupadas” dicen que tener una rutina para “trivialidades” les permite liberar atención y enfocarla a cosas más importantes.
Los expertos afirman que comer variado es mucho más que un capricho: es una forma de asegurarnos de que estamos obteniendo los nutrientes adecuados.
Procura mezclar verduras verdes, rojas, oscuras y anaranjadas – ¡Muchos colores, ¿no?! Asimismo, incluye en tu dieta proteínas de buena calidad, como salmón, atún y sardinas, carnes sin grasa, como filete de res o tampiqueña, pechuga de pollo sin piel y carne de pavo.
- Te saltas el desayuno
Se dice que es la comida más importante del día, y actualmente es común ver que las personas se saltan el desayuno, y lamentablemente esta es una mala práctica alimenticia.
Además de aumentar nuestro riesgo de sufrir de sobrepeso, saltarse esta comida incrementa las posibilidades de sufrir un ataque cardíaco, sentir cansancio durante el día o padecer gastritis.
Se recomienda una porción de fruta y un carbohidrato complejo, como cereal integral o avena.
Como alternativa, puedes preparar un jugo verde con naranja y algunas verduras con fibra, como apio, y sin añadir azúcar refinada.
- Comes pesado
En conjunto con el segundo punto, si tus comidas suelen incluir porciones muy grandes y alimentos fritos, lo más probable es que, después de comer, en lugar de trabajar quieras irte directo a cama.
Si una persona debe consumir 2 mil kilocalorías diarias, lo ideal es distribuirlas a lo largo del día: 15 a 20 por ciento en el desayuno; 10 a 15 por ciento en las colaciones, 35 en la comida, 10 a 15 en la otra colación y el 15 a 20 por ciento restante, en la cena.
- Comes frituras
Seguramente te lo han dicho una y otra vez: comer alimentos fritos con frecuencia es uno de los peores hábitos que podrías desarrollar. Lo mejor es sustituir las grasas animales por las saludables.
Pide tu pechuga a la plancha sin mantequilla, o cocínala con aceite de oliva.
Trata de evitar alimentos grasos como tocino, cortes de carne grasosos, salchichas (que además están saturadas de sal) y opta por las almendras, los cacahuetes, el aguacate… Estas grasas protegen tu corazón en lugar de saturarlo de colesterol.
Ahora sí, ¿listo para redimirte de los pecados alimenticios y convertirte en un emprendedor saludable?
Descripción del autor: Edith Gómez es editora en Gananci, apasionada del marketing digital, especializada en comunicación online. Se niega a irse a la cama cada noche sin haber aprendido algo nuevo. Le inquietan las ideas de negocio y, más aún, aportar una mirada creativa al pequeño mundo en el que vivimos.
Twitter: @edigomben