Nombre: Nebbiolo
Otros nombres conocidos: Nebieul, nibiol,
Cepa(s) de origen o mutación: Freisa del Piamonte y Viogner del Ródano
Lugar de origen: Piamonte-Italia
Lugar de origen histórico: Pollenzo, Lombardía-Italia siglo I d.C.
Variedad tinta de mucha importancia en el orbe vinícola italiana´ya que aporta carácter a los vinos de unas de sus regiones productoras más importantes como la DOCG Barolo, sino también a otras como la Barbaresco, Ghemme, Gattinara o Roero. Existen estudios sobre su ADN que le atribuyen su origen a la zona de Lombardía donde parece tiene su origen histórico, pero, como uno no es de donde nace sino… lo dicho, una uva completamente arraigada al terreno y donde desarrolla todo su potencial es el Piamonte. En una de las tantas versiones de la proveniencia de su nombre, hay una, la que parece ser la más coherente, que cuenta que su nombre Nebbiolo, palabra derivada de Nebbia que quiere decir niebla, debido a esa capa grisácea o blanquecina de levaduras naturales que se asemeja a una capa de niebla que recubre sus granos ovoides y de color azul intenso de sus racimos alargados.
Históricamente ya hay constancia de la elaboración de vinos con Nebbiolo desde el siglo I d.C. dónde Plinio el Viejo hablaba de las grandes virtudes de los vinos elaborados en Pollenzo, región que ubicamos al noroeste del país, lo que hoy es conocido como parte de la reputada DOCG (Denominación de Origen Controlada y Garantizada) Barolo. La Nebbiolo es una uva de maduración lenta y tardía para la vendimia, que no aporta especialmente mucha intensidad de color, un color rojizo caraterístico de esos grandes Barolo muy clásicos, goza de gran popularidad por sus aportes frutales y florales, su gran peso de complejidad y elegancia que aporta a los vinos. Si bien es cierto que esta uva no ha viajado mucho,la encontraremos en México, quizás con mayor representación fuera de Italia gracias al enólogo transalpino Esteban Ferro Binello que huye del gobierno de Mussolini allá por los años 50, también la encontraremos en Argentina, Chile, Australia y quizás algo de manera referencial en California, si lo hacen los vinos de esta uva, siendo muy apreciados internacionalmente, no solo por las características ya mencionadas, sino además por esa gran estructura que los identifica y por su prolongada y buena vejez. Esta uva hace de sus vinos de no menos de 13º de volumen alcohólico en boca unos vinos potentes, tánicos, muy sápidos, de acidez elevada pero nada agresiva con notas muy claras en nariz de frutos rojos como cerezas, fresas, grosellas, ciruelas… pasando por los toques florales, violetas y rosas principalmente o recuerdos balsámicos como la menta que aportan un interesante frescor, notas terrosas como las de la trufa, y la complejidad de los aromas animales, cuero, tabaco o alquitrán aparecen cuando tiene una crianza prolongada muy habitual en roble del cáucaso.
Debido a la complejidad que aporta a sus vinos, su maridaje es amplio y de fácil relación como en todo gran vino, aunque nunca se podrá separar de lo que puede ser un tópico, su eterno romance gastronómico con la amplia variedad de embutidos italianos, así como de sus quesos e infinito catálogo de platos de pasta.
