La patata o papa Solanum tuberosum pertenece a la familia de las solanĂĄceas, segĂșn estudios, cita su origen de domesticaciĂłn como alimento habitual para el hombre en el altiplano en AmĂ©rica del sur, es aquĂ, en los Andes, en lo que hoy podrĂa conocerse como Cochacochayoc un pueblo del alto PerĂș, donde hace ya mĂĄs de 8,000 años, tuvo su nacimiento. Uno de los estudios mĂĄs importantes de los Ășltimos tiempos (2006) realizado por el investigador del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, David Spooner, despuĂ©s de seleccionar y analizar el ADN de 200 variedades de dicho tubĂ©rculo, determinĂł, que los primeros vestigios se encuentran en lo que hoy en dĂa conocemos como Cuzco y Puno, regiones andinas del PerĂș. En Cuzco, estĂĄ la provincia de Paucartambo, justo donde podemos encontrar al pueblo de Cochacochayoc a 3,500 msnm. La papa, es el tercer cultivo alimenticio mĂĄs importante del mundo despuĂ©s del trigo y el arroz segĂșn su consumo, la producciĂłn mundial de papa cultivada supera los 374 millones de toneladas mĂ©tricas. SegĂșn la Universidad Agraria de Lima, registra mĂĄs de 5 mil tipos de patatas nativas y casi 3 mil hĂbridos, algo similar nos informa el CIP Centro Internacional de la Papa, tambiĂ©n en Lima, afirma que existen casi 5 mil variedades de papas nativas. No hay duda que la patata gira el rumbo del mundo en varias ocasiones a lo largo de la historia de la humanidad, desde que durante la conquista de SudamĂ©rica en 1532 las crĂłnicas hablan de su producciĂłn y consumo de los nativos, posteriormente es llevada a Europa,..
Comida callejera II, el alma del pueblo
La ventaja de este tipo de comidas, mĂĄs allĂĄ de su sabor tan peculiar, es sin duda, sus precios populares, la rapidez del servicio, el trato directo entre cocinero y comensal, donde muchas veces es una estrecha relaciĂłn y por Ășltimo, el proceso de producciĂłn de tu comida, estĂĄ justo delante de tus ojos, hay quien dice, que otro valor añadido de esta comida, es que, muchos de los puntos de venta de esta comida no cuentan con cĂĄmaras frigorĂficas, por ende, sus productos, tienen que ser extremadamente frescos. No es cosa de broma…