Hay postres que no llegan a ser tan dulces o empalagosos, esos de los cuales puedes comerte “un pozal”, pues esta “tarta” es uno de esos postres y es mucho más fácil de lo que parece. No importa lo lleno que estés después de comer, no importa que no seas laminero y no te gusten los postres, no importa la hora que sea, siempre tendrás un pequeño sitio esperando por esta sencilla pero maravillosa preparación, además, servirla en pequeños envases herméticos, no solo lo hace original, sino que también permite tenerlos preparados con antelación y te durarán varios días guardados en frío, así podrás hacer uso de ellos a lo largo de la semana o cuando más los necesites. Te aseguro que te ganas el paladar de cualquiera…