Partimos de la base, el tapón de corcho natural se usa para el 80% de botellas que se producen a nivel mundial y si, por decir que prefieres la tapa rosca al corcho, ya sea, en tu club de catas, entre amigos, o al sumiller de turno, temes por algo más que insultos hacia tu persona, presta atención a las siguientes letras.
En un viaje por Burdeos, fuí testigo de los artilugios más diversos para la conservación del vino, desde, tapones de cristal o cerámica con revestimientos sintéticos, botellas de aluminio, “bag in box” para vinos de cierta calidad y como no vinos con tapón de rosca, pero que pasa?, si lo hacen los franceses, la gente dice: pero que “genios”, que “visionarios” son los franceses!, solo a ellos se les puede ocurrir!… y así un sin fin de calificativos favorables, peeeero (dilo encogiendo los hombros, frunciendo ligeramente el ceño y con una pronunciación de la “e”, casi como si fuese “i”), si esto, se hace, en un país como España, lo que se comenta es lo siguiente: Pero este? a donde vá?, estos “modernos” se van a hundir!!, la gente ya no se que hacer para vender… y así, una batería de comentarios negativos y esto simplemente, no es justo!. Si bien es cierto, ya sea por costumbre, história o romanticismo, estamos acostumbrados a ver los corchos tradicionales guardando lo que para muchos es su valor más preciado, el alcornoque (Quevcus Suber) de donde se extrae el corcho natural, tarda más de 40 a 50 años en llegar a su edad idónea para la producción del corcho en su “primer servicio”, una vez arrancada su corteza, para su proceso de producción, tendrán que pasar otros 9 o 12 años aproximadamente. Un alcornoque, durante toda su vida, servirá para la producción de corchos una 15 veces, y señores, no hay corcho para todos!!! cada vez hay menos alcornoques y productores de corchos (mayormente los productores son países mediterraneos, Portugal, España, (mayores productores) Francia, Italia, Argelia, Marruecos, Túnez,…) y cada vez más países que producen vino, por tanto, necesitan corchos y eso no es todo, su precio es otra dificultad, aumenta su valor a menudo, además hay que tener en cuenta que casi el 10% (3% a nivel mundial y en aumento) del la producción del vino europeo tiene la llamada “enfermedad del corcho”, los temibles tricloroanisoles, más conocidos como TCA (cuando se dice que el vino está acorchado), enfermedad producida por un hongo en el corcho mayoritariamente, ya que la barrica también podría transmitirlo y aunque el enólogo francés Pascal Chatonnet, conocido como el doctor TCA, parece que tiene la solución a esto (aún en estudios), ya que la única manera de saber si el vino tiene TCA, es abriendo la botella, esto en cuestión de dinero, son sumas importantes en la pérdidas de los bodegueros.
Por otro lado, la tapa rosca, garantiza un buen sellado, es antiséptico, no se seca, no se cuartea, no se raja, es más barato, no se deforma, con lo cual no existe la necesidad de guardar los vinos en posición horizontal, ni que decir de su comodidad para abrir, lo predecible del comportamiento en cuanto al material no orgánico, como los tapones sintéticos o tapones de rosca y las ventajas que ofrece la tecnología actual en la producción de este sistema de tapón con rosca (hoy en día se fabrican para aportar más de 2,000 kilos de presión, antiguamente no pasaban de los 100-200 kilos de presión, lo habitual para refrescos carbonatados), que ya lleva muchos años de investigación en el sector vinícola y con muchas mejoras a medida que pasa el tiempo y ahora nos ofrece eso, ventajas, incluso en la micro oxigenación del vino, ya que la filtración de aire es mucho menor que la del corcho natural, por lo tanto su “curva” de vida, es más amplia y favorece a la longevidad del vino, aunque hay un estudio negativo, que indica que el tapón de rosca favorece a la multiplicación del “sulfuroso” en el vino durante una larga guarda y aunque esto tenga una fácil solución, esto no afecta a los vinos jóvenes, de consumo corto o sin necesidad de guarda, como la gran mayoría de vinos blancos, rosados o algunos tintos, podemos dejar “de momento” los corchos tradicionales para vinos de guarda prolongada o vinos de calidad superior.
Nueva Zelanda y Australia son los países con mayor prducción de vino que usan este sistema de cierre, no muy aceptado en el viejo continente, donde automáticamente se relaciona el vino con este cierre, como vino barato o de baja calidad, ni curiosamente en los Estados Unidos, que a su vez es el mayor consumidor de vinos procedentes de estos países australes. Justamente en Estados Unidos, hay quien dice: Mucho esfuerzo nos ha costado conseguir los vinos que hemos conseguido, como para ponerles tapa rosca ahora! una clara declaración de repudio a este sistema, o será porque, imitar a Europa en la producción de vinos de calidad no solo es hacerlo por dentro, sino, en todos sus aspectos?
Bueno, ahora tienes herramientas para defender tu posición si estas de acuerdo con la tapa de rosca, si eres defensor de los alcornoqués, tal vez quieras proponer otras soluciones como los tapones hechos a base de elastómeros termoplásticos, comúnmente llamados tapones sínteticos, los de co-extrusión, hechos con espuma de micro burbujas de polietileno rodeados o recubiertos con los mismos elastómeros, o simplemente si quieres picar a tus amigos que les gusta ir de sabiondos del vino, la polémica está servida, esta vez en botella, por eso ahora, es de mala educación hablar en reuniones, de fútbol, religión, política y de Corchos vs. Tapa rosca, pero recuerda, déjalo de momento para los vinos jóvenes, el tiempo dirá el resto.
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Un comentario sobre «Corcho vs. Tapa rosca. Y tú, ¿Por quién apuestas?»