Hoy parece ser, que la ginebra goza de una segunda juventud por estar “de moda”, solo hace falta ver la cantidad de marcas que hay hoy en el mercado (más de 800) y su multiplicación en las estanterías de los bares, esta vez, vienen acompañadas de una variedad de tónicas que abren el debate de cual es mejor o que combinación es la idónea a la hora del “combinado de rigor”, para eso sería bueno saber que…
La Ginebra o Gin como también es conocida, es una bebida alcohólica destilada de grano (cebada, maíz, centeno, etc.) y producida por el método de destilación fraccionada. Es perfumada con diversa plantas botánicas, hierbas, especias y frutas como, la canela, coriandro, piel de naranja o limón, casia, cardamomo, raíz de angélica, almendras, comino, hinojo, regaliz, anís, etc. y debe su sabor particular a una bayas conocidas como enebro (Juniperus communis) y suele tener una graduación en Europa de no menos de 35º y no más de 49º alc.
Historia. Nace en Holanda, con fines medicinales, para curar los cálculos biliares irónicamente o como bebida diurética como afirman otros y a diferencia de otras bebidas alcohólicas a esta se le atribuye un inventor del siglo XVI, el Dr. Franciscus “Silvyus” de la Böe (1614-1672), Luego su consumo se extendería por todo el planeta, donde tendría mayor aceptación en Inglaterra, gracias al embajador Guillermo III de Orange, un holandés que se postró en el trono británico por el año 1688, aquí la ginebra tomaría otro camino, cuando James Borrough funda Beefeater (nombre de los guardianes de las joyas de la corona inglesa y se les pagaba con carne, de ahí el nombre de beef = carne y eaters = comedores) a principios del siglo XIX.
Tipos de Ginebra. La conocida por los holandeses como Genever (enebro en flamenco antiguo), Geneva, Ginebra, Schiedam, Schnapps o Hollands suele beberse sola o con hielo y tiene algo más de cuerpo que la inglesa. Su producción parte de un tercio de malta aplastada, fermentada, rectificada y alcoholes de relativa baja graduación que son destilados para obtener así, un licor que luego es mezclado con algunos aromatizantes y saborizantes, que nuevamente son destilados y nos dan un producto final de unos 43º a 45º, así es como el “Gin” holandés, tiene la huella aromática de la malta y un gran cuerpo.
Por otra parte está la inglesa, conocida como London Dry Gin o ginebra seca, es producida rectificando una mezcla de alta graduación alcohólica de whisky u otras mezclas alcohólicas, perdiendo su sabor y obteniendo un alcohol neutro, que se destila una segunda vez, pero ahora con las bayas de enebro y/o semillas de coriandro u otros aromatizantes. Es aquí, en “la receta secreta” de cada elaborador, donde radican las diferencias entre unas y otras, dependiendo de los aromatizantes, frutas, hierba y especias que usen. Esta ginebra es más suave y fina aromáticamente hablando y se usa más para beber combinada con zumos y refrescos o para una infinidad de recetas en el mundo de la coctelería como los míticos Dry Martini, Tom Collins, Alexander, etc. Se caracteriza por ser traslucida y brillante. Y aunque hay quienes dicen que hoy en día hay un tercer tipo de ginebra que es la que producen los franceses, un híbrido de las dos, es decir, una ginebra muy seca en boca pero altamente perfumada en nariz.
Dicho esto, y a la hora de gozar de un Gin Tonic, saque usted sus propias conclusiones, no se deje “engañar” por “expertos” en la materia, no importa que le digan que esta ginebra es la mejor, o que esta ganó tal o cual premio, o que esta tónica, contiene más quinina, o que esta otra contiene menos calorías o una burbuja más fina, lo que es cierto que la mejor combinación es la que a usted más le gusta o a la que este más acostumbrado y le siente mejor, aquí sí que no hay “experto” que valga, confié en su paladar y su gusto y no se deje “marear” más que por el coctel en cuestión, lo demás sobra.